miércoles, 26 de junio de 2013

Oración al Dios de la Humildad


Al Dios de la Humildad
Oración que nos habla de cuanto nos falta por aprender acerca de la humildad.



Señor, Tú nos has enseñado a amar la humildad,
pero no lo hemos aprendido.
Si fuésemos realmente humildes,
¡sabríamos hasta qué punto somos unos farsantes!

Enseñame a sustentar una humildad que me muestre sin cesar
que soy un mentiroso y un fraude y que, aunque esto sea así,
yo tenga la obligación de bregar por la verdad, de ser tan verdadero como sea posible,
incluso cuando descubra que toda mi verdad
está emponzoñada a medias con embustes.


Esto es lo terrible acerca de la humildad: que jamás la terminamos de lograr.
¡Si sólo fuese posible ser completamente humilde en esta Tierra!
Pero no, ése es el problema.


 Tú, Señor, fuiste humilde.
Pero nuestra humildad consiste en ser orgullosos,
saberlo todo acerca de ella, ser aplastados por su peso intolerable,
y sólo somos capaces de hacer muy poco al respecto.


Cuán severo eres en tu misericordia, y sin embargo así debes ser.
Tu misericordia tiene que ser justa porque tu verdad debe ser verdadera.
Qué severo eres, sin embargo, en tu misericordia:
pues, cuanto más luchamos para ser auténticos, más descubrimos nuestra falsedad.
¿Es misericordioso que tu luz nos conduzca, inexorablemente, a la desesperación?


No, no es desesperación lo que Tú me traes sino humildad.
Pues la genuina humildad es, en cierto modo,
una desesperación muy real: desesperación de sí mismo,
a fin de que pueda tener plena esperanza en Ti.

Thomas Merton

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